Desde que el ordenador llegó a todos los hogares, el procesador de textos se ha convertido en uno de los primeros programas que todo el mundo aprende a utilizar. Sin embargo, ¿cuánto sabes sobre ellos?
En este artículo queremos contarte qué son, qué no son, qué tipos hay, cuándo nacieron y, lo que más os interesa, cuáles son los mejores procesadores de textos (de pago y gratuitos).

Índice
¿Qué es un procesador de texto?
Actualmente, la definición de procesador de texto es muy sencilla: es un programa que permite crear, editar y modificar todos los aspectos de un documento de texto sin tener que reescribirlo. Esto incluye el cambio de tipografías, tamaños, colores…
Es decir, algo a lo que la ofimática actual ya nos tiene muy bien acostumbrados: cualquiera de los programas que utilices en tu ordenador para escribir o modificar textos. Aunque aquí veremos unos cuantos que (seguro) pueden ser mejores opciones y que (puede que) no conoces.
¿Y en que se diferencian de un editor de texto?
Como decíamos, el procesador permite alterar el aspecto del texto. Esa es la principal diferencia que tienen con un simple editor de texto. Los editores tan solo nos dejan crear o modificar el texto del archivo, sin darle color, grosor, tamaño…
Esos editores de texto son los que, en tu ordenador, trabajan con los archivos .txt (por resumirlo un poco) y nos permiten a los ingenieros escribir código de una manera rápida.
Porque, por si no lo sabías, el código de un programa se escribe con editores de texto normales y corrientes (aunque existen procesadores que facilitan algunas tareas).
Tipos de procesadores de texto
Típicamente existen dos enfoques diferentes para los procesadores de texto. Según cuál elija el desarrollador, el usuario tendrá que escribir sus textos de una forma u otra.
Nos referimos a los enfoques que, por sus siglas en inglés, se denominan WYSIWYG y WYSIWYM: What You See Is What You Get (lo que ves es lo que obtienes) y What You See Is What You Mean (lo que ves es lo que quieres decir).

¿Perdidos? No os preocupéis, a nosotros también nos pasó lo mismo la primera vez que escuchamos esto. Ahora mismo os lo explicamos.
Procesadores WYSIWYG
La filosofía Lo que ves es lo que obtienes es la más popular y la más sencilla de utilizar. En ella, lo que el procesador muestra en pantalla es exactamente lo que veremos al imprimir el archivo (quien dice imprimir, dice generar un PDF u otro tipo de documento final).
Es decir, si utilizas un título tamaño 48 con un tipo de letra Times New Roman negrita y un texto de tamaño 12 y tipo de letra Times New Roman normal, lo que imprimirás es exactamente eso.
Puede parecer una obviedad, pero cuando hablemos del siguiente tipo de procesadores de texto entenderéis por qué es importante explicar en qué se basa cada uno.
El ejemplo más común de procesador WYSIWYG es Microsoft Word, pero no es el único.
Procesadores WYSIWYM
En este caso, se separa lo que es el contenido escrito (lo que nosotros ponemos en el procesador) del contenido visual final (la presentación del documento). El escritor coloca sus contenidos de forma estructurada, indicando de qué tipo es cada bloque que escribe y será el procesador el que se encargue de traducir eso a una presentación con su tamaño, tipo y grosor de letra correspondiente.
Por ejemplo, nosotros no estamos escribiendo este post tal y como lo ves tú ahora. Estamos utilizando un procesador de texto tipo WYSIWYM en el que escribimos los títulos con #, las negritas con ** y las cursivas con _.

Tienen dos ventajas principalmente sobre los procesadores WYSIWYG:
- Escribir un texto es más rápido, porque no necesitamos usar el ratón para escribir el texto.
- Es más fácil ajustar el formato final. No tenemos que editar el documento para cambiar el tipo de letra de cada título. Simplemente decimos que los títulos se generen más grandes, y no tocamos el documento en sí.
Como desventaja, requieren de ciertos conocimientos adicionales para poder escribir: hay que conocer ese lenguaje de marcado que determina dónde hay un título, dónde una imagen y dónde una negrita. Algo que, en los procesadores de texto más comerciales, no sucede.
Procesadores mixtos
Son pocos los ejemplos de este grupo, pero estando en una página web dedicada a Scrivener, no podemos irnos sin mencionar los procesadores mixtos. Una de sus características más importantes es que hacen una mezcla de las dos filosofías.
Por un lado, separan el documento final del contenido, con todas las ventajas que eso conlleva, y por otro te permiten gestionar de manera visual el aspecto del contenido que estás escribiendo sin acudir a lenguajes de marcado.
Scrivener, como decimos, es el mayor exponente de este tipo de procesadores de texto. Permite escribir en un formato cuasiterminado que, si quieres, puedes imprimir tal cuál aparece en pantalla o, lo más habitual, te permite modificar cualquier aspecto de formato del texto durante esa impresión.
¿Cuál fue el primer procesador de texto de la historia?
Recordemos un poco de historia de los procesadores de texto antes de contestar a esta pregunta. Los primeros procesadores no eran programas informáticos, como ahora, sino aparatos similares a máquinas de escribir.
De hecho, hay quien considera que las máquinas de escribir podrían ser los primeros procesadores de la historia. Sin embargo, si nos atenemos a la definición del principio y remarcamos esa cualidad de poder procesar el texto escrito sin tener que reescribirlo, las máquinas de escribir quedarían excluidas. En épocas más modernas, con la aparición del corrector líquido (o típex), sí que se podía usar la máquina de escribir como un seudoprocesador de texto, pero no es eso lo que hemos venido a ver aquí.

Fue en torno a 1931 cuando una pequeña compañía creó la primera máquina de escribir eléctrica que permitía modificar el tipo de fuente. La llamaron Varityper es la primera máquina que permitió «procesar» el texto de alguna forma.

Más adelante, en los años 60, IBM sacó sus Selectric, con un sistema esférico para la impresión de letras similar a una pelota de golf con letras:

Estos modelos modernos ya permitían incluso borrar caracteres y sobreescribirlos.
¿Y el primer software de procesamiento de texto?
Al hablar de software de procesamiento de texto, todos pensamos de manera intuitiva en Word. Sin embargo, el primer procesador de textos digital no fue el buque insignia de la suite ofimática de Microsoft, sino que fue WordStar en 1978.
De hecho, hay varios autores muy reconocidos que a día de hoy siguen usando este arcaico procesador. Entre ellos destacan George R. R. Martin, creador de la saga de Juego de Tronos, y Robert J. Sawyer, uno de los escritores de ciencia ficción canadienses más premiados que hay (aunque leerle en español…).
¿Cuál es el procesador de texto más famoso?
Casi sin dudarlo, todos diríamos que es Microsoft Word. Pues bien, la realidad es que sí, Word es el procesador de texto más extendido y famoso de todos. Pero, ¿sabes por qué y cuál es su origen?
Fue en 1983, bajo el nombre de «Microsoft Multi-Tool Word», cuando el famoso Word vio la luz. Sin embargo, no fue para el famoso sistema operativo de Windows (no existía en aquella época). Ni siquiera para MS-DOS. Lo hizo para una versión de Unix que llamaron Xenix. Ese Xenix fue el primer sistema operativo que lanzaron y que les dio acceso al mercado que más tarde terminarían dominando.
El resto, hasta hoy, es historia. Microsoft dominó completamente el mercado de los ordenadores y, gracias a ese monopolio, todos nosotros tenemos o hemos tenido Microsoft Word instalado y sabemos lo que es.
¿Cuáles son los 3 mejores procesadores de texto a día de hoy?
En la actualidad hay tantos procesadores de texto como estrellas en el cielo. Bueno, quizá no sean tantos, pero cada vez que intentamos hacer un listado completo nos encontramos con tablas gigantes de nombres más o menos conocidos.
Lo que sí podemos hacer, teniendo en cuenta a qué nos dedicamos, es explicaros los 3 mejores procesadores de texto que hemos encontrado a lo largo de los años. De hecho, estos son los 3 procesadores de texto que seguimos usando día a día.
1. Scrivener
Era difícil no mencionar Scrivener como el mejor procesador de texto de la lista. No es un procesador de texto al uso, o mejor dicho, no es solo un procesador de texto y sirve para mil cosas más.
Por su precio, por sus prestaciones, por su… todo, creemos sinceramente que es el mejor programa que encontrarás nunca para escribir textos complejos. Si quieres saber qué es:
Y si quieres aprender a usarlo:

Si no lo creyéramos, ¿creéis de verdad que le habríamos dedicado una web entera?
2. Ulysses
Ulysses es un procesador de texto WYSIWYM (en los que escribes con un lenguaje de marcado) fantástico por muchos motivos:
- Es sencillo (de uso y apariencia)
- Te permite guardar y ordenar cientos de documentos juntos
- Puedes publicar directamente en WordPress
Es, de hecho, el procesador que usamos para escribir los posts de todas nuestras páginas webs. Incluido este post.
Las «pega» que tiene es que está limitado a dispositivos iOS (Mac).
3. Microsoft Word
Como escritores que somos, nos hemos visto en la tesitura de tener que maquetar algún texto para su posterior publicación. En casos como esos, Scrivener y Ulysses no dan la talla e InDesign es caro y excesivamente completo para lo que se suele necesitar.
Por eso y nada más que por eso, seguimos utilizando Microsoft Word y seguimos defendiéndolo como un buen procesador de textos. Porque con él se pueden maquetar textos con un detalle más que aceptable.
¿Cuáles son los mejores procesadores de texto GRATUITOS?
Muchas veces, el precio es algo determinante a la hora de elegir un producto u otro. Por eso, aquí os traemos también una lista con los mejores procesadores de texto gratuitos. Para que no gastéis ni un euro si no queréis hacerlo.
1. Google Docs o Documentos de Google
A día de hoy, la suite ofimática de Google es mucho más atractiva que la de Microsoft. Es gratis, está en la nube y casi todo el mundo tiene una cuenta de Google.
Por eso, y porque desde aquí usamos Google Docs como procesador de nuestras facturas y presupuestos, os recomendamos encarecidamente su uso.
2. Open Office
Nacido como una versión gratuita y libre de Microsoft Word, este procesador de textos era y es uno de los más populares. El hecho de que, además, disponga de una versión para cada sistema operativo (Windows, Mac, Linux), lo hace la opción ideal para aquellos amantes del Word gratis.
Es quizá más completo que el anterior (Google Docs), aunque no disponga de las ventajas inherentes al sistema de Google.
3. Draft
Este procesador de texto online es extremadamente sencillo de utilizar. Sigue la filosofía de Ulysses, de escribir todo con un lenguaje de marcado, y lo hace de manera totalmente portátil y gratuita.
Su interfaz es muy simple y no está diseñado para escribir sin distracciones.
Puedes probarlo aquí.
4. Typora
Si te gustan los procesadores de texto minimalistas y con capacidad para trabajar bajo lenguaje de marcado markdown, Typora es una gran opción.
Podéis descargarlo aquí o leer un análisis completo aquí.
En conclusión
Un procesador de textos puede ser algo muy sencillo que nos permita tomar notas de vez en cuando (Drafts) o algo hipercomplejo que nos sirva para organizar, estructurar, escribir y publicar un libro (Scrivener). Entre medias, existen multitud de opciones de programas de procesamiento de textos que están pensadas para resolver alguna necesidad en concreto.
Nosotros, los profesionales que nos ganamos la vida escribiendo contenido, utilizamos diferentes procesadores en función del trabajo que vayamos a hacer. Y, por eso, os traemos este artículo con la historia de estos magníficos programas y nuestra selección con los mejores procesadores de textos que hemos probado.
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