¿Cuál fue el primer programa que aprendiste a utilizar?
Quizá ahora esa pregunta sea más compleja de responder que para los que crecimos en los 90. Quizá, como yo, lo primero que usaste fue un Prince of Persia cargado en disquetes dentro de un MS-DOS.
Pero lo que es innegable es que uno de los primeros programas que todos usamos de manera más o menos profesional (aunque sea en el colegio) es el procesador de textos.
Sin embargo, ¿cuánto sabes en realidad sobre ellos?
Hablemos claro de qué son y en qué se diferencian de otros programas.
¿Qué es un procesador de textos o que son los procesadores de texto?
Un procesador de texto no es solo un «programa que permite escribir».
Si fuera así, Chrome también sería un procesador de texto. Puedes escribir en la barra de búsqueda.
El buscador de Windows sería un procesador de texto.
No, para que un programa se considere procesador de textos, debe cumplir con alguna condición más.
Procesadores de texto definición
Los procesadores de texto son programas que permiten crear, editar y modificar todos los aspectos de un documento de texto.
No solo como procesador de palabras, sino también como editores de formato.
Negritas, cursivas, tamaños de letra, tipos de letra, altura de línea… ESO es un procesador de texto. Un software que te permite controlar todas esas cosas sin tener que empezar a escribir de nuevo.
Es decir, son una máquina de escribir avanzada.
¿En qué se diferencian los procesadores de los editores de texto?
Un editor de texto, simple y llanamente, es un programa que te permite escribir.
Texto plano, sin formato, sin tipos de letra, sin…
Crear un archivo (.txt), llenarlo de letras y guardarlo.
Como una máquina de escribir al uso: metes el papel, pulsas teclas y ya está, esa es toda tu relación con el texto.
¿Para qué sirve un procesador de textos?
Queda claro entonces que los procesadores de texto son programas informáticos que nos permiten escribir y gestionar el aspecto de documentos de texto digitales.
Haciendo especial hincapié en la parte de gestionar el formato, el aspecto, no solo de las palabras, del texto, sino también de la página que los contiene. Márgenes, tamaños, orientaciones…
Sirven por tanto para escribir un breve recordatorio, hacer una anotación, pasando por estudiantes escribiendo trabajos escritos para el colegio, hasta escritores profesionales con sus libros y sus sagas.
Y por tanto, como hay tantas necesidades distintas de procesadores de texto, existen también muchos tipos diferentes. Si quieres saber qué tipos de procesadores existen, pincha aquí abajo:
Ejemplos de procesadores de texto
A día de hoy hay tantos procesadores de texto que podríamos hacer un listado de treinta y seguiríamos teniendo muchos más para analizar.
Sin embargo, el mercado se reparte mayoritariamente entre unas de opciones que seguro que conoces:
- Microsoft Word – El más popular durante décadas
- Google Docs – El sustituto gratuito preferido ahora mismo
- Open Office – Uno de los procesadores libres más conocidos
¿Cuáles son las diferencias entre un procesador de textos y una hoja de cálculo?
La ofimática ha evolucionado tanto, que hay muchos programas que nos permiten cambiar ciertos aspectos del texto.
Las hojas de cálculo, los documentos de Excel o de Google Sheets, también nos dejan dar formato a lo que escribimos. Entonces, ¿son procesadores de texto?
No.
Principalmente, porque las hojas de cálculo nos permiten eso: hacer cálculos con los valores que hay sus las celdas. Y un procesador de textos no realiza cálculos.
Pero también por otro motivo: aunque la hoja de cálculo nos deje cambiar ciertos aspectos del texto, en realidad no nos permite formatear páginas de forma cómoda y ácil para, por ejemplo crear un documento PDF o imprimirlo.
Son muy flexibles para realizar cálculos, series numéricas, tablas…, pero muy rígidos para la edición de texto.
¿Cuáles son las diferencias entre un procesador de textos y una presentación digital?
De la misma forma, surge la pregunta de si PowerPoint u otras aplicaciones para hacer presentaciones o diapositivas son también procesadores de texto.
Al fin y al cabo, ¿no permiten cambiar todos los aspectos de las palabras?
Cierto, pero no lo hacen pensando en páginas de documentos manuscritos. Lo hacen con una filosofía de diseño gráfico en la que, además de formas, figuras e imágenes, podemos trabajar con textos.
¿Podrías crear un libro en papel usando una presentación digital? Quizá sí pero, ¿cuánto tardarías en hacerlo?
Las aplicaciones de presentaciones no están preparadas para gestionar textos complejos, sino para dar un buen aspecto a pequeños fragmentos resumidos.
Los procesadores sí.
Resumen
Un procesador de textos puede ser algo muy sencillo que nos permita tomar notas de vez en cuando (Drafts) o algo hipercomplejo que nos sirva para organizar, estructurar, escribir y publicar un libro (Scrivener).
Entre medias, existen multitud de opciones de programas de procesamiento de textos que están pensadas para resolver alguna necesidad en concreto.
Nosotros, los profesionales que nos ganamos la vida escribiendo contenido, utilizamos diferentes procesadores en función del trabajo que vayamos a hacer.